“El destino es algo extraño, nunca se sabe cómo van a resultar las cosas, pero si mantienes tu mente y corazón abiertos, te prometo que encontrarás tu propio destino algún día”
Iroh
Luego del trágico final que tuvo el Libro 2 de Avatar: La leyenda de Aang, la historia de Aang (Zach Tyler) y sus amigos continúa, ahora dirigiéndose a la Nación del Fuego para prepararse y vencer al Señor del Fuego para terminar con la guerra.
En esta tercera y última entrega de la serie, la cual inicia con una personalidad más oscura y complicada que las anteriores, Aang está buscando cómo derrotar al Señor del Fuego debido a que, por la batalla con Azula (Grey Griffin), ya no puede entrar al estado avatar.
Nuevamente en esta temporada hacen uso de la herramienta de tener dos historias —la de Aang y la de Zuko (Dante Basco)— para que la narrativa se más fluida y evite estancarse como sucedió en su primera entrega.
No obstante, el ritmo si es mucho más lento que en el libro dos, principalmente los primeros tres episodios de la serie, en donde se colocan las bases de lo que será el resto de la serie.
En esta temporada volvieron a cometer el error de cortar el ritmo que se tenía entre algunos episodios, al poner una historia alternativa o episodios que no continuaban con el argumento principal de la narrativa.
Pero hay que celebrar que en esta temporada se logra conectar muy bien lo sucedido en sus predecesoras, llegando a traer de vuelta personajes y argumentos secundarios convergiendo en una sola historia principal, algo que de por sí es difícil cuando solo se tiene un argumento.
También hay que destacar que los personajes continúan su desarrollo y construcción de manera correcta, aunque en algunos, por ocasiones, pareciera que retroceden en dicho desarrollo, como en el caso de Sokka (Jack de Sena), aunque posteriormente se logra remediar.
En esta misma línea, está muy bien cuidado el hecho de que todos los personajes tengan su desarrollo y construcción, a pesar de que en algunos empieza algo tarde y de manera repentina, el ejemplo perfecto de esto es Azula.
Esta última temporada toca temas como el descubrimiento interno, la responsabilidad, la esperanza y el trazar nuestro propio camino. Todo contando a través de la interacción de los personajes.
De la misma forma profundizan en los efectos de la guerra y de cómo el arrepentimiento puede, en ocasiones, guiarnos a remediar nuestros errores y de hacer lo correcto, incluso aunque nos hayamos equivocado en el pasado, esto se representa bastante bien con Iroh (Mako).
Avatar: La leyenda de Aang es una serie que concluye muy bien su historia atando todos los cabos sueltos que pudieron haber quedado y demostrando que, si se quiere, se puede crear excelentes narrativas sin que tengan que ir dirigidas a un público adulto.
Esta serie trascendió por una generación y quizás lo siga haciendo, sí, cometió algunos errores, pero esos pasan por desapercibidos cuando se aprecia aquellas cosas que lograron hacer correctamente.
