“En tiempos oscuros, la esperanza es lo que nunca debes perder, ese es el significado de la fuerza interior”
Iroh
Luego de haber salvado al Polo Norte de la invasión de la Nación del Fuego, Aang (Zach Tyler) y sus amigos se dirigen al Reino Tierra para encontrar alguien que ayude a Aang a controlar el estado avatar y a ser maestro tierra.
Debo admitir que muchos de los errores que se cometieron en el libro uno de esta serie se corrigen en esta segunda entrega, ya que lo primero que puedes encontrar es el desarrollo de personajes continúo, una línea que ya se estaba viendo desde la primera temporada.
Además, el ritmo de la serie en este segundo libro es mucho más fluido y no se corta entre episodios, algo que era bastante común en la primera entrega.
Un elemento adicional en este segundo libro es la adición de un nuevo antagonista: Azula (Grey Griffin), quien es la hermana de Zuko (Dante Basco) y que le han encomendado la tarea de acabar con el avatar.
Así que, en esta nueva aventura se presenta esta dualidad, ya que mientras contemplamos la historia de Aang tratando de aprender tierra control con su nueva amiga Toph (Michaela Jill Murphy), también estamos siguiendo la historia de Zuko y su tío Iroh (Mako), quienes han sido desterrados y deben escapar también de la Nación del Fuego.
En términos de complejidad y profundidad de la historia, esta es mucho más completa, fluida y entretenida. El hecho de no tener una sola línea argumental vuelve más dinámica la narrativa y hace que la audiencia tenga más interés.
Adicionalmente, esta segunda temporada presenta uno de los mejores desarrollos y construcciones de personajes en una historia animada: el de Zuko, quien vive su conflicto interior al no saber qué es lo correcto para él y para recuperar su honor.
Esta transformación de este personaje en particular viene acompañada con un montón de elementos cinematográficos que se adaptan a la animación. La mejor escena de esta temporada y hasta diría que de la serie en general, es cuando Zuko habla con su tío Iroh en la cárcel.
Dicha escena demuestra, sin decirlo, todo lo que Zuko está sintiendo, su conflicto y lucha interna, su confusión y el hecho de sentirse atrapado. Todo contrastado con las tomas de su tío Iroh, quien se muestra libre, tranquilo y sereno con las decisiones que ha tomado.
Curiosamente, en esa secuencia quien se encuentra encarcelado es Iroh y no Zuko, pero el uso de “la cámara” —por así decirlo, porque sabemos que no hay cámara— y los encuadres, hace que el que parezca encerrado es el joven príncipe.
Bueno, ya dejo de hablar de esa escena porque podría darnos para toda una entrada nueva. El libro dos de Avatar: La leyenda de Aang, expande el nivel de narrativa de la serie, la cual no pierde su toque cómico, pero a la vez dramático.
Cabe destacar que no pierde de vista su objetivo y ahonda mucho en sus personajes, lo cual le agrega mucho valor a la historia, hace que nos identifiquemos con uno de ellos y que queramos seguirlos conociendo.
Avatar: La leyenda de Aang, a pesar de ser una serie animada construye personajes reales, que no se contradicen y que viven su proceso de cambio con sus motivaciones definidas.
